Pero al mal tiempo buena cara; replanteamos el itinerario y decidimos ascender por la pared vertical que teníamos ante nosotros: subimos por los Tornos de Liordes, un espectacular ascenso con algún que otro zarandeo debido a las rachas de viento. Al llegar arriba nos deleitamos la vista con el collado de Liordes, una pradera inmensa en medio de tanta montaña sorprende gratamente. Después de comer bajamos por la canal de Pedavejo, una impresionante bajada, y al final el bosque otoñal, precioso!!
Ahí van unas fotucas para el recuerdo.
¡¡Hasta la próxima!!